miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL NACIMIENTO DE CORAZON DE HIELO!!!

    Cuando ya se empezaba hablar de casamiento entre Gabrielle y Francois (y las malas lenguas citan esto como el causante del desastre posterior, aunque esa teoría resulta poco creíble ya que por todos era sabido el aprecio del rey Louen por Francois) ocurrió la tragedia. Los detalles son poco claros, incluso los historiadores bretones no logran ponerse de acuerdo en gran parte de ellos, pero todos coinciden en que hubo una gran invasión caótica a los reinos del norte. Honrando viejos juramentos de defensa, los reyes bretones enviaron una cruzada a librar el norte del asedio enemigo. Allí fueron el rey Louen, su fiel guardaespaldas Francois y sus caballeros todos, con la bendición de la Dama del Lago y de Gabrielle. Marcharon hacia el norte en arduas jornadas, y finalmente se unieron a la fuerza bretona de Jaouen, rey que comandaba la resistencia norteña, y con los días mientras aguardaban en el campamento más y más caballeros bretones fueron llegando con sus armaduras coloridas, sus equipos de asedio, sus arqueros y personal de respaldo. Y habiendo pasado dos semanas, lanzaron los bretones una carga tan violenta que las fuerzas caóticas no pudieron contener, y en una mañana y una tarde huían los servidores del mal en desbandada para ocultarse en los bosques.
Louen conminó a sus caballeros a perseguir una unidad de demonios caóticos, pero los malditos corrieron como diablos y se escondieron en un bosque cercano. El rey ordenó a sus hombres entrar en el bosque, e incluso Francois se cuestionó la orden. Pero Louen se mantuvo inflexible, y así los caballeros entraron al bosque a rematar a los demonios mientras su líder los esperaba afuera. Luego, todo fue muy confuso. De la nada comenzaron a salir bárbaros. Los caballeros no pudieron cargar entre los árboles del bosque, y los bárbaros liderados por un Troll comenzaron a matarlos uno a uno. Francois de pronto vio todo muy claro, o quizás sólo vio lo que los poderes del caos le pusieron en la mente en ese bosque maldito. Lo cierto es que Francois se batió furiosamente contra todos los contrarios, pero éstos eran demasiados y su corazón estaba quebrado por la traición del rey. En el último instante, cuando la espada fatal probó el carmín de su corazón, la furia de Francois aumentó. Su visión se nubló, pero sintió cerca suyo una presencia arcaica, quizás más vieja que el tiempo mismo. Le presencia le pidió su corazón, pero no con palabras si no con sensaciones. Francois lo entendió. Cegado por la ira y la venganza, accedió. Abrió los ojos, alrededor suyo los bárbaros y el troll lo miraban extrañados. Francois levitó ingrávido, y la espada mortal abandonó su cuerpo. Su armadura se fundió con su carne y grandes espinas salieron por todo su cuerpo; sus ojos lanzaron llamas del mismísimo infierno y un aura de maldad iridiscente pareció invadirlo. Los dioses del caos habían logrado corromper otra alma pura. Sus antiguos enemigos se inclinaron haciendo una reverencia. En ese momento CORAZON DE HIELO se dio cuenta que era el señor de un nuevo ejército....
    A lo largo y ancho de Bretonia la noticia de la muerte de Francois descorazonó a los fuertes y a los débiles por igual, y hubo en todo Couronne una sensación de pérdida irreparable. El rey Louen expresó sus más sinceras condolencias, y los sacerdotes lamentaron la pérdida del joven y valiente bretón con largos réquiems populares. Gabrielle dejó de interesarse en vivir, perdió el brillo de sus ojos y ya no quiso comer ni hacer nada más. Pasó sus últimos días mirando con melancolía desde la ventana de su torre y al poco tiempo murió de pena. Doble fue entonces la aflicción y lamentación que sacudió a toda Bretonia, y la congoja fue tal que ese año no hubo celebraciones ni justas de ninguna clase, e incluso la Dama del Lago no pudo parar de llorar sangre durante una semana completa. En el entierro de Gabrielle y aunque nadie pareció notarlo, un pañuelo de seda apareció flotando como por arte de magia y se posó suavemente sobre su ataúd, al lado de su blanquecino rostro, y allí quedó como testimonio de lo que pudo haber sido pero no fue, la futilidad asombrosa que azota algunos destinos humanos.

    Muy lejos de allí, en las tierras del norte, el general Corazón de Hielo comenzó a avanzar hacia el Ojo del Terror para recibir los dones oscuros y  consumar su venganza contra Louen así le llevara meses, años o siglos.

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